Se presentaron en la Terraza del CCCT OSWER DÍAZ
Un poco más de dos horas duró el concierto de los intérpretes
DUBRASKA FALCÓN
| EL UNIVERSAL
sábado 1 de diciembre de 2012 12:00 AM
Esto fue un laboratorio. Un
centro de experimento en el que se unieron los sensuales movimientos de
caderas de Chayanne y la potente -y sexy- voz de Marc Anthony. Anoche
biológicamente fueron unidas, probadas y aprobadas por un público que
deliró durante poco más dos horas en la Terraza del CCCT, en Chuao.
El primero en dar sus atributos para ser mezclados en el laboratorio bautizado Gigantes 2 fue Chayanne. Con un juego de luces y una pantalla que mostraba imágenes del puertorriqueño vistiéndose, salió al escenario a las 8:16 p.m. Boom, boom y Baila, Baila encendieron al público. Sus pasos de bailarín profesional generaron gritos ensordecedores.
Chayanne no dejaba de reír. Era una sonrisa que emocionaba. Estaba feliz de cantar de nuevo en Venezuela. No tenía palabras. Prefirió continuar con el segundo tema: Dejaría todo. La terraza estaba de pie. "Me quiero morir", gritaba una fanática. "Ay, qué papacito", decía otra. No aguantó. Ese hombre estaba delirando por su público. "Muchas gracias. Buenas noches. Buenos noches mi gente bonita, tanto tiempo. Les guardo tanto cariño. Me han visto crecer. Estamos felices, emocionados. Esta noche pueden hacer con nosotros lo que quieran", gritó.
Y así fue. Con el tema El centro de mi corazón la pasión se desbordó. Lágrimas corrían por las mejillas de algunas fanáticas. Un grupo de bailarines salieron al escenario. Comenzaba a sonar Lola. Su cuerpo se movía. Sudaba. Ni siquiera el frío decembrino pudo con el calor que transmitía Chayanne.
Y tú te vas fue coreada a todo pulmón. Hecho que disimuló un poco los problemas de sonido que se generaron, por lo que a veces ni siquiera se escuchaba la voz de Chayanne.
Siguió con Un siglo sin ti. No dejaba de reír. ¡Qué sonrisa! Había picardía, había plenitud. Continúo con Tu boca, mientras una fanática gritaba: "Sufro tanto como Marimar".
Fue un reencuentro de emociones y de cuerpos. "Que se la quite, que se la quite", coreaban. Y él comenzó a quitarse los botones a la camisa. Tan solo mostró un poco de piel. ¡No más! "Después van a decir: 'Ay que fresco el Chayanne'".
El concierto continúo con Si nos quedara poco tiempo, Salome, Me enamoré de ti y Torero. Para cerrar escogió cantar y bailar Provócame. La provocación no tuvo límites.
Contrario a lo que siempre ocurre, el neoyorquino Marc Anthony no hizo esperar a los asistentes. A 9:26 p.m. bajó por las escaleras vestido con un traje negro y, como siempre, con unos lentes oscuros. Su voz, interpretando Valió la pena, erizó la piel. Su elegancia aceleró el corazón. Marc Anthony se movía al ritmo de los timbales. Los aplausos no pararon.
Hubo alguien produjo emociones a granel. El público se quedó en silencio. Escucharlo era un placer. Él lo sabía; por eso se mordía los labios y sonreía con picardía. Al momento de cantar la estrofa que reza "Y logró conquistarme...", agregó: "Y fue venezolana", recordando que su nuevo amor es la modelo Shannon De Lima.
Comenzó a bailar... y las fanáticas lo acompañaron. Estaba impresionado de ver a todas las personas de pie. Cantaba con sabrosura Tengo tanto miedo de perderte. El público gozaba. Él disfrutaba. "Qué ricoooo. Bienvenidos todos. Está es una de mis canciones favoritas, si la saben cántenla conmigo", dijo para cantar Hasta ayer. Fue el momento en el que el público le regaló su voz al neoyorquino.
Durante el concierto, dejó que su banda se luciera. Uno de sus músicos, violinista y venezolano, tocó las notas de Pajarillo. Los gritos no se hicieron esperar.
"Flaco, te amo", comenzaban a gritar mientras Marc Anthony cantaba Yo trato. Se meneaba al ritmo de la batería. Gritaba. ¡Estaba eufórico! Luego cantó Y cómo es él y Vivir lo nuestro. "Ya veo que están calentando y gozando. Vamos a seguir bailando", dijo. Acto seguido apareció Chayanne. Juntos cantaron No hay nadie como ella. La camaradería era evidente. Se reían y bailaban. Los dos gigantes estaban en el escenario.
Marc Anthony interpretó después Yo que te conozco bien, Mi gente y Tu amor me hace bien para luego volver a cantar con Chayanne. El final de este experimento alborotó las hormonas. I need to know y Fiesta en América terminó, a las 10:40 p.m. con el concierto. ¿El resultado? Una sabrosura de voces y movimiento de caderas.
El primero en dar sus atributos para ser mezclados en el laboratorio bautizado Gigantes 2 fue Chayanne. Con un juego de luces y una pantalla que mostraba imágenes del puertorriqueño vistiéndose, salió al escenario a las 8:16 p.m. Boom, boom y Baila, Baila encendieron al público. Sus pasos de bailarín profesional generaron gritos ensordecedores.
Chayanne no dejaba de reír. Era una sonrisa que emocionaba. Estaba feliz de cantar de nuevo en Venezuela. No tenía palabras. Prefirió continuar con el segundo tema: Dejaría todo. La terraza estaba de pie. "Me quiero morir", gritaba una fanática. "Ay, qué papacito", decía otra. No aguantó. Ese hombre estaba delirando por su público. "Muchas gracias. Buenas noches. Buenos noches mi gente bonita, tanto tiempo. Les guardo tanto cariño. Me han visto crecer. Estamos felices, emocionados. Esta noche pueden hacer con nosotros lo que quieran", gritó.
Y así fue. Con el tema El centro de mi corazón la pasión se desbordó. Lágrimas corrían por las mejillas de algunas fanáticas. Un grupo de bailarines salieron al escenario. Comenzaba a sonar Lola. Su cuerpo se movía. Sudaba. Ni siquiera el frío decembrino pudo con el calor que transmitía Chayanne.
Y tú te vas fue coreada a todo pulmón. Hecho que disimuló un poco los problemas de sonido que se generaron, por lo que a veces ni siquiera se escuchaba la voz de Chayanne.
Siguió con Un siglo sin ti. No dejaba de reír. ¡Qué sonrisa! Había picardía, había plenitud. Continúo con Tu boca, mientras una fanática gritaba: "Sufro tanto como Marimar".
Fue un reencuentro de emociones y de cuerpos. "Que se la quite, que se la quite", coreaban. Y él comenzó a quitarse los botones a la camisa. Tan solo mostró un poco de piel. ¡No más! "Después van a decir: 'Ay que fresco el Chayanne'".
El concierto continúo con Si nos quedara poco tiempo, Salome, Me enamoré de ti y Torero. Para cerrar escogió cantar y bailar Provócame. La provocación no tuvo límites.
Contrario a lo que siempre ocurre, el neoyorquino Marc Anthony no hizo esperar a los asistentes. A 9:26 p.m. bajó por las escaleras vestido con un traje negro y, como siempre, con unos lentes oscuros. Su voz, interpretando Valió la pena, erizó la piel. Su elegancia aceleró el corazón. Marc Anthony se movía al ritmo de los timbales. Los aplausos no pararon.
Hubo alguien produjo emociones a granel. El público se quedó en silencio. Escucharlo era un placer. Él lo sabía; por eso se mordía los labios y sonreía con picardía. Al momento de cantar la estrofa que reza "Y logró conquistarme...", agregó: "Y fue venezolana", recordando que su nuevo amor es la modelo Shannon De Lima.
Comenzó a bailar... y las fanáticas lo acompañaron. Estaba impresionado de ver a todas las personas de pie. Cantaba con sabrosura Tengo tanto miedo de perderte. El público gozaba. Él disfrutaba. "Qué ricoooo. Bienvenidos todos. Está es una de mis canciones favoritas, si la saben cántenla conmigo", dijo para cantar Hasta ayer. Fue el momento en el que el público le regaló su voz al neoyorquino.
Durante el concierto, dejó que su banda se luciera. Uno de sus músicos, violinista y venezolano, tocó las notas de Pajarillo. Los gritos no se hicieron esperar.
"Flaco, te amo", comenzaban a gritar mientras Marc Anthony cantaba Yo trato. Se meneaba al ritmo de la batería. Gritaba. ¡Estaba eufórico! Luego cantó Y cómo es él y Vivir lo nuestro. "Ya veo que están calentando y gozando. Vamos a seguir bailando", dijo. Acto seguido apareció Chayanne. Juntos cantaron No hay nadie como ella. La camaradería era evidente. Se reían y bailaban. Los dos gigantes estaban en el escenario.
Marc Anthony interpretó después Yo que te conozco bien, Mi gente y Tu amor me hace bien para luego volver a cantar con Chayanne. El final de este experimento alborotó las hormonas. I need to know y Fiesta en América terminó, a las 10:40 p.m. con el concierto. ¿El resultado? Una sabrosura de voces y movimiento de caderas.
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